Frente a otros productos financieros que están sujetos a la volatilidad de los mercados, el componente de ahorro de los seguros de vida son opciones que te ofrecen mucha más estabilidad y buenos resultados para tu dinero.
Esto se debe a algunas de sus características:
Garantizan una indemnización.
Frente a productos financieros que no aseguran un retorno de la inversión, los seguros de vida siempre lo hacen. Si la persona asegurada fallece y el seguro está en vigor, se produce un pago que va a parar a los beneficiarios que se hayan designado. Es decir: el dinero que se invierte en el seguro se transforma por lo menos en un beneficio.
Valores Garantizados
Una ventaja enorme de los seguros de vida frente a otros productos es que disponen de valores garantizados. Para poder operar estos productos, la aseguradora debe comprobar la capacidad de poder pagar al menos 3 veces el total de los siniestros de todas sus pólizas, lo que se traduce en solidez financiera para los asegurados. Además las pólizas dan algunas opciones para que si no puedes seguir con el pago de la póliza puedas tener la misma suma asegurada por un tiempo menor al estipulado, una suma asegurada menor por un tiempo mayo y además si tienen el componente de ahorro generan un valor de rescate que puedes recibir.
Tienen instrumentos de ahorro prudentes. Los seguros vitalicios utilizan el dinero que se paga en forma de primas para invertir. Con esas inversiones generan beneficios que se suman al seguro en forma de valor en efectivo , un dinero que el titular del seguro puede recuperar o utilizar para tomarlo prestado. Esas inversiones, por lo general, son muy conservadoras y seguras. Ofrecen rendimientos bajos, pero estables. Esto es así en las formas más básicas de seguro vitalicio, como el seguro ordinario de vida o tradicional.
Trabajan siempre a largo plazo.
Los seguros, incluso los seguros de vida temporales, se contratan a plazos largos o muy largos. Lejos de la inmediatez de muchas inversiones bursátiles, las pólizas temporales se firman a un mínimo de un año, aunque lo más habitual es que duren 15, 20 ó 30 años, mientras que los seguros permanentes se contratan para toda la vida. Es decir, son productos pensados para tener una duración muy larga, con lo que deben estar al margen de las tormentas pasajeras que sufra la economía.
Cómo podemos ver, el seguro de vida debe ser una parte fundamental en la estrategia financiera que usemos para lograr alcanzar tranquilidad en el tema, ya que no solo estaremos protegidos ante riesgos, sino que tambien generan un rendimiento que podemos utilizar para alcanzar algún objetivo que tengamos en mente.
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